La trazabilidad es un concepto que se estableció hace más de 3.800 años, en la antigüedad.
En aquellos tiempos remotos, los hombres utilizaban sellos o hierros candentes para certificar sus intercambios.
Hoy en día, la trazabilidad está omnipresente en la industria, donde permite proporcionar toda la información necesaria sobre un producto.
Esta información se supervisa en cada una de las etapas de la cadena de producción, desde la materia prima hasta la distribución del producto, e incluso durante el desgaste del producto después de su compra.
Todos los sectores utilizan este concepto para producir de manera controlada. La trazabilidad está definida por la norma internacional ISO-9001.
Tabla de contenidos
Una definición simple y comprensible de la trazabilidad
Definición
¡Repasemos lo que ya sabemos!
La trazabilidad consiste en desarrollar la capacidad de seguir los productos a lo largo de toda su cadena de producción.
Una vez que se implementa este concepto de seguimiento sistemático, se busca poder determinar Dónde, Cuándo, por Quién y Cómo se fabricó un producto.
Este rigor permite mejorar la calidad y la seguridad de sus productos.
Y sí, nada más y nada menos…
Para ser aún más eficaz, la trazabilidad se aborda desde dos perspectivas:
- La trazabilidad de la cadena de producción, donde se supervisa el producto desde un fabricante (o subcontratista) hasta otro.
- La trazabilidad interna, donde se busca supervisar la evolución del producto durante un proceso.
Cadena de producción y Trazabilidad
Como acabamos de ver, se trata de seguir el producto a través de su recorrido, de fabricante en fabricante, desde la materia prima hasta el final de su vida útil (ya sea por reciclaje o destrucción).
Lo que buscamos implementar es un historial de todas las operaciones realizadas en un producto, y las métricas asociadas (dimensiones, estado superficial, peso, etc.).
Hay varias ventajas al implementar este procedimiento:
- El fabricante dispone de información que le permite gestionar eficazmente las retiradas de productos y la identificación de defectos de producción,
- El consumidor dispone de información completa sobre el producto (origen, composición, etc.),
- El fabricante puede exigir a sus subcontratistas que justifiquen la conformidad de los componentes cuya producción les ha sido confiada.
Por supuesto, la implementación es exigente: será necesario establecer procedimientos detallados y tener en cuenta que su realización requerirá tiempo.
Trazabilidad interna
¡En este caso, cambiamos de perspectiva! El punto de referencia ya no es la cadena de producción, sino un elemento más específico que la compone: la empresa.
Aquí, nos centramos únicamente en los procesos de la empresa, desde los proveedores iniciales en la cadena hasta los proveedores finales.
En esta categoría, distinguimos subcategorías más específicas de trazabilidad interna:
- La trazabilidad de los procesos: Consiste en recopilar y procesar información durante los procesos de fabricación. Esta información se vincula al identificador único del producto, lo que facilita su posterior recuperación.
- La trazabilidad del control de piezas: Consiste en implementar un seguimiento del desgaste de las piezas. Esto incluye el desgaste recurrente, pero también la conformidad con los planos: por ejemplo, si las dimensiones eran correctas al final del mecanizado.
Es importante que todo seguimiento esté vinculado a su referencia (producto, proceso, etc.). De esta manera, se pueden identificar fácilmente las fallas y los problemas de funcionamiento y reaccionar rápidamente.
La Importancia de la Trazabilidad
Los procesos industriales son muy complejos.
Por ejemplo, una parte de la producción puede subcontratarse en Asia mientras que la empresa fabrica otro elemento del producto a través de una de sus filiales en América Latina.
Todo termina siendo ensamblado en Francia una vez que todas las piezas han sido repatriadas.
Esta complejidad dificulta la tarea de la empresa para garantizar la calidad de sus productos.
Además, cuando un cliente detecta un mal funcionamiento, el fabricante debe ser capaz de identificar el origen del problema para determinar:
- Si el fallo es único o sistemático,
- Qué proceso o planta es la fuente del problema.
La trazabilidad es, por lo tanto, un elemento esencial en el control de calidad de los productos.
Especialmente en la identificación y prevención de riesgos.
Si se conoce el estado del producto o de un componente en cualquier momento, se puede identificar mucho más rápidamente la fuente de un problema. Además, si el mal funcionamiento es generalizado en toda una producción del producto en cuestión, la empresa debe tener la capacidad de realizar una retirada rápida. (Por ejemplo, en caso de mal funcionamiento de un motor de avión)
La Trazabilidad mediante Impresiones
¿Y cómo ayuda Plastiform en todo esto con la trazabilidad?
¡Por supuesto que ayuda!
Los productos Plastiform permiten asegurar la trazabilidad de varios elementos:
- Las dimensiones de una pieza o componente,
- El estado de la rugosidad de una superficie,
- La inspección visual de defectos.
La impresión fija el estado de la pieza en el momento de la polimerización.
Según el producto y la aplicación, puede conservar así una prueba material del estado de la pieza en el momento del control, lo que puede resultar muy útil para realizar análisis.
¿Cómo proceder entonces para conservar mis impresiones Plastiform?
En primer lugar, es importante destacar que la impresión debe conservarse en una bolsa hermética y protegida de cualquier manipulación.
Los productos Plastiform tienen memoria de forma, lo que significa que mantienen su forma a lo largo del tiempo.
Sin embargo…
Si la impresión está sometida a manipulaciones, existe el riesgo de que se dañe.
¡Por lo tanto, mantenga sus impresiones bien protegidas!
Además, ¡utilice instrumentos de medición sin contacto!
Por ejemplo, un rugosímetro que recorra varias veces la misma impresión puede rayarla con su aguja…
Y eso, no es precisamente el objetivo que buscamos!
El Caso de la Inspección Visual del Estado Superficial
Plastiform también ofrece una ventaja importante en el caso específico de la inspección visual de defectos.
Como se muestra en la imagen siguiente, utilizando Plastiform es posible inspeccionar con mayor precisión los defectos en la superficie de una pieza que en la superficie misma.
Como ventaja adicional, puede conservar la imagen de este defecto en la impresión.
¿Práctico, verdad?
Es gracias a su color negro y sus propiedades colorimétricas que el F30 Visual produce resultados tan buenos.
¡No dude de su precisión, es capaz de reproducir hasta la tinta impresa en un documento!
Es bastante práctico y, además, la impresión puede garantizar la trazabilidad de un defecto.
Uno podría preguntarse ¿para qué molestarse? Si la pieza está defectuosa, ¿por qué no enviarla directamente?
Bueno, depende de la situación. Si el defecto se encuentra en una pieza difícil de mover o desmontar, ¡puede ser más sensato enviar simplemente la copia en F30 Visual!
¡Depende de usted evaluar el enfoque más conveniente, pero sin duda, Plastiform puede ayudarle en este aspecto!
Conclusión
La trazabilidad es un elemento esencial en el control de calidad. El seguimiento de productos y procesos es fundamental para permitir que la empresa reaccione de manera rápida y eficaz en caso de mal funcionamiento.
Las normas internacionales relacionadas con la gestión de la calidad están agrupadas en la serie ISO 9000. La norma ISO 9001 es la que especifica el concepto de trazabilidad en dos secciones: la trazabilidad de la medición y la identificación y trazabilidad.
Finalmente, las impresiones Plastiform pueden ayudar en las operaciones de trazabilidad conservando el estado de la pieza en el momento de la toma de la impresión.